LA CERVEZA DESPRECIADA
Ni siquiera se como llegue a esa fría caja metálica donde almacenas alimentos …
Ojala mi existencia se hubiese extinguido junto a las otras cinco en aquella tarde gloriosa donde la Selección Mexicana venció a Venezuela… pero no fue así.
Fui despreciada. Y no solo eso… arrumbada también.
Quien deja algo tan bueno así nomás?
Porque abandonarme junto a la boba leche en empaque de cartón… o junto a la diminuta botellita de mayonesa que da risa?? (porque el tamañito para un frasco de mayonesa, si la mayonesa siempre debe ir a lo grande)… hubiera preferido morir de insolación en un asador junto al carbón o junto al vacío paquete de tortillas… pero no fue así.
Pero por si fuera poco… porque por días y días en el refrigerador??!!
Verdaderamente estoy tan mala??
Abrieron mil veces la puerta sin pensar en tomarme… por un momento creí que era ya ornamento como para que alguien dijera: “en esta casa si saben de cerveza…”. Pero hasta ahí.
A veces pense que para que alguien me tomara hubiera dejado de preocuparme. Tal vez ese fue mi error… lo se.
Porque justo cuando me cayo el veinte alguien abrió la puerta del refrigerador nuevamente y me tomo. Me tomo con sus manos resbalosas.
Tan resbalosas que yo, extasiada por ser tomada… me cai.
Fui a dar al piso y me derrame. Ahí… tirada y derramada fui recogida dejando parte de mi derrame en el suelo… Contenta… Tomada… Tirada y Recogida fui a dar a la barrita de la cocina.
Que mas? Que mas seguía? Hazme tuya al fin! – gritaba.
Pero no fue así.
El hombre de manos resbalosas me dejo ahí… derramada, tirada y abierta.
Que fea manera de morir! – pensaba.
Y así… pasaron las horas.
Pensé que lo mejor de mi acabaría entonces en el fregadero de la cocina, que horrible final!
Pero nuevamente me equivocaba… aquel hombre regresaba y yo, sin una pizca de dignidad aun le coqueteaba… Toma-meeee!!!!
El placidamente abrió una de las puertitas de la alacena, tomo una lata de atun.
Saco la salsa de chile habanero y después fue por un pan integral-ya-tostado.
El “manos resbalosas” cuidando la dieta!!! – pensé yo.
Y así fue… finalmente me termino de destapar y me hizo suya.
Ahora ocupo ese grandioso lugar a un costado de su laptop…
junto al platito que tuvo atún en agua.
Atte. Yo... la difunta cerveza solitaria
Ojala mi existencia se hubiese extinguido junto a las otras cinco en aquella tarde gloriosa donde la Selección Mexicana venció a Venezuela… pero no fue así.
Fui despreciada. Y no solo eso… arrumbada también.
Quien deja algo tan bueno así nomás?
Porque abandonarme junto a la boba leche en empaque de cartón… o junto a la diminuta botellita de mayonesa que da risa?? (porque el tamañito para un frasco de mayonesa, si la mayonesa siempre debe ir a lo grande)… hubiera preferido morir de insolación en un asador junto al carbón o junto al vacío paquete de tortillas… pero no fue así.
Pero por si fuera poco… porque por días y días en el refrigerador??!!
Verdaderamente estoy tan mala??
Abrieron mil veces la puerta sin pensar en tomarme… por un momento creí que era ya ornamento como para que alguien dijera: “en esta casa si saben de cerveza…”. Pero hasta ahí.
A veces pense que para que alguien me tomara hubiera dejado de preocuparme. Tal vez ese fue mi error… lo se.
Porque justo cuando me cayo el veinte alguien abrió la puerta del refrigerador nuevamente y me tomo. Me tomo con sus manos resbalosas.
Tan resbalosas que yo, extasiada por ser tomada… me cai.
Fui a dar al piso y me derrame. Ahí… tirada y derramada fui recogida dejando parte de mi derrame en el suelo… Contenta… Tomada… Tirada y Recogida fui a dar a la barrita de la cocina.
Que mas? Que mas seguía? Hazme tuya al fin! – gritaba.
Pero no fue así.
El hombre de manos resbalosas me dejo ahí… derramada, tirada y abierta.
Que fea manera de morir! – pensaba.
Y así… pasaron las horas.
Pensé que lo mejor de mi acabaría entonces en el fregadero de la cocina, que horrible final!
Pero nuevamente me equivocaba… aquel hombre regresaba y yo, sin una pizca de dignidad aun le coqueteaba… Toma-meeee!!!!
El placidamente abrió una de las puertitas de la alacena, tomo una lata de atun.
Saco la salsa de chile habanero y después fue por un pan integral-ya-tostado.
El “manos resbalosas” cuidando la dieta!!! – pensé yo.
Y así fue… finalmente me termino de destapar y me hizo suya.
Ahora ocupo ese grandioso lugar a un costado de su laptop…
junto al platito que tuvo atún en agua.
Atte. Yo... la difunta cerveza solitaria
1 Comentarios:
no vuelvas a contar historias tan tristes...
me hiciste llorar :'(
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