Lo que la noche se llevó...

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Hospital Song - Ben Folds Five
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Me quedé dormido leyendo a Benedetti. Poemas sobre el hombre, la mujer, el amor... el destino, el infortunio.
No pasó mucho tiempo entre lo que me dormí y comencé a escuchar el soplido terrible de los vientos enfurecidos. El Huracán había llegado. Todo sonaba y golpeteaba. Allá afuera el aire movía todo y podía escuchar cómo los letreros de las calles se desplomaban. Muchas cosas eran las que golpeaban a mi puerta. Yo, aguardaba. Preocupado por el apocalíptico fenómeno natural sólo esperaba que la destrucción no alcanzara aquel pequeño cuarto. Un cuarto que aguardaba junto con mi persona mis sueños. Los conscientes y los subconscientes.

No sólo no llegué temprano a mi trabajo. No llegué nunca. Salí avanzada la mañana para percatarme como mis peores preocupaciones se habían materializado. Mi carro tenía el parabrisas estrellado. El espectacular que se encuentra en la banqueta efectivamente se había desplomado. En la calle muchos pedazos de anuncios, letreros, lonas. Incluso los vidrios estrellados en las casas vecinas. Llamé a mi trabajo para reportar mi situación. Les preocupaba? No claro que no. Mi lugar de trabajo estaba devastado. Los vientos de 200 km x hora habían logrado levantar los techos de lámina de las oficinas. Su fuerza había destruido los avances de un año y medio de construcción. Había gente del turno nocturno que había salido lastimada inclusive. En las noticias locales todo gira en torno a este viento diabólico... se preguntan cómo pudo haber pasado desapercibido...

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El despertador sonó. Yo rehusándome a ver lo que me esperaba decidí permanecer en cama. No sino hasta las 7:20 am cuando me armé de valor. El viento soplaba fuerte pero yo viajaba fuerte también... a mi trabajo. Mi pesadilla había magnificado todo... afortunadamente.