martes, marzo 04, 2008

BOX EN EL BARRIO

Siempre había escuchado que la práctica de Box era excelente para el acondicionamiento físico. Recuerdo cuando viví en Tampico e intenté meterme a algun gimasio a esto de la boxeada… no tuve éxito, sin embargo descubrí una fascinante (y despiadada) disciplina de combate llamada Muay Thai. Admito que por espacio de tres meses pude sentirme como todo un Van Damme, nomás yo creo me hizo falta llenar de pegamento mis vendas blancas para después colocar algunos vidrios! Afortunadamente no llegué a tanto.

A veces uno encuentra algo interesante cuando en realidad se encontraba buscando otras cosas. Así me pasó hace un mes, cuando yo buscaba afanosamente el mentado Muay Thai pero terminé topándome con el gimnasio Ignacio “El Zurdo” Piña. Este gimnasio lleva el nombre de una gloria olvidada del boxeo en esta ciudad Mexicali. Un dato interesante es que el gimnasio no solo lleva el nombre de El Zurdo Piña sino que es dirigido precisamente por este simpático personaje que a continuación describiré.

…. El Zurdo Piña

La misma autoridad que el Sr. Miyagi ejercía sobre el Karate Kid, es la misma que el El Zurdo impone no solo a un entusiasta novato como yo, quien remite su conocimiento de Box al Punch Out de Nintendo y para no dejar de ser moderno ahora al Nintendo Wii. (Por cierto un breve paréntesis estuvo bastante chafa que me lastimara “boxeando” digitalmente en el Nintendo Wii hace algunos meses!) . El Zurdo es sinaloense, 1.60 cm de estatura, tez morena, ojos grisáceos que se mueven como canicas cuando habla, chimuelón (le falta uno que otro diente pues)… yo creo que si lo veo en la calle me podría imaginar que:

Lava carros con su franela y su cubeta de 5 galones.
Es “Viene-viene” en el estacionamiento del Gigante.
Colabora para “Alcance Victoria” o una de esas agrupaciones para la rehabilitación de adictos a las drogas.

Lo último que imaginaría es que el Zurdo Piña fue campeón mundial.

Ese chaparrito chimuelón no solo fue campeón mundial sino que voló un par de ocasiones a Londres, Inglaterra para vencer al feroz y temible Bruce Reynolds, hace apenas unas cuantas décadas cuando tomar una avión era una experiencia reservada para las grandes personalidades… y los Zurdos Piñas. Así es queridos amigos, mi entrenador le dio en toda la torre al Reynolds… y de perdida cada tercer día me lo recuerda cuando voy llegando al Gym

Definitivamente que Mr. Miyagi, aunque viejito viejito, siempre guardó ese porte, esa limpieza y claridad no solo de mente sino también en su atuendo. Si trato de acordarme de algo desagradable y sucio de este personaje yo creo que lo único es cuando atrapaba las moscas con sus palitos de sushi. Puedo decir que El Zurdo dista mucho de tener esa pulcritud para al final tener apenas una sola característica idéntica con el Miyagi: en su gimnasio sus chicharrones son los que truenan. Pero déjenme les platico también un poquito de ese lugar llamado El Gimnasio de Box.

…. El Gimnasio de Box

Cuando entré por primera vez vino una imagen a mi mente de forma inmediata: una de esas máscaras anti-gases radioactivos. Contuve la respiración apenas medio minuto. Después tuve que aguantar. Y ya más después de plano me acostumbré. Les voy a dar la receta de los olores:

1. Quince muchachos en promedio de los barrios más pobres de la ciudad.
2. Un baño enorme al que no se le da mantenimiento.
3. Un enorme salón con costales, peras y un ring… que corre con la misma suerte.

Definitivamente que el lugar es todo menos el Ceasar´s Palace.

…. Mis compañeros los otros boxeadores

Me ven raro, feo, como con coraje. A veces me pongo a pensar… en todo el tiempo que tienen entrenando… en como los costales saltan de un lado para otro con los duros golpes de estos camaradas… y en sus miradas… y la neta temo por ese rostro digno de la belleza griega de Adonis.

La otra vez “El Zurdo” me la sentenció: “Pronto subirás al ring tu también”. Y la verdad no hallé ni como decirle “Y si no tengo muchas ganas?”. Quien sabe que cara hubiera hecho. Yo lo único que quiero es descargar mi furia contra un tipo: “El Costal” De Cuero y también contra “La Pera” Colgada. Pero hasta ahí.

Recuerdo haber soñado hace como un mes que en una pelea perdía todos los dientes… espero no tener las cualidades proféticas de Nostradamus.

Será bueno que comience a saludar más seguido a estos parientes de Eminem que se uniforman con sus camisas-colgantes y pantalones de mezclilla holgados. No sé que tanto se les baje el coraje… a veces pienso que me ven como un ente raro… distinto. Debe ser porque lo soy… sin lugar a dudas soy un ser atípico en ese gimnasio. Soy como un español en la conquista: llega en caballo (el super Atos) usa casco (lentes) y guarda cuidadosamente sus utensilios de guerra (celular, nextel, palm, etc.).

Señor Apiádate de Mí.

…. La Rutina del Novato

* El paso del cojito. El chiste es avanzar con la pierna izquierda semiflexionada y arrastrar la derecha recta. Sin bajar la guardia. Puños Cerrados. Brazo Izquierdo a 90º apuntando al cielo. Brazo Derecho pegadito al mentón. Y hay que recorer el ring de lado a lado… una y otra vez. Claro que ya con la práctica ahora tenemos que el cojitoes peleonero… mientras avanza va dando golpes al aire con una mano… luego con la otra.
* Duro con el Costal Gigante. Dos golpes con la izquierda, uno con la derecha. Dando vueltas al Costalote. Te encargo mi hombro izquierdo.
* Duro con el Costal Morrillo. Este canijo es más saltarín que el otro, está más liviano pero estoy más cansado. El hombro izquierdo por la guardia casi muere.
* Destrozando la Pared Vol I. Se trata de pegarle a un costal redondo sujeto a la pared. Me alineo a la pared y le doy una y otra vez golpes con mi puño izquierdo, sin parar… y sin bajar la guardia. El hombro entumido al borde de la amputación.
* Golpes Bajos. Izquierda-Izquierda-Derecha los ganchos al costal de esponja.
* Rebotando la perita. En serio que como tardé en agarrarle la onda para que la famosa pera pudiera ir y regresar, ir y regresar de forma correcta. Todavía siento que estoy en ese proceso. Los hombros los hombros.
* Saltando sin parar… salta salta salta. Toda mi humanidad subiendo y bajando, resorteando cada vez que la cuerda pasa por debajo de mis pies.

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Con esos ejercicios tengo para irme bien-jo a mi casa… es apenas la hora de la comida. Jamás había entrenado de 2 a 3 pm y es toda una experiencia.

Insisto: haré las pases con los demonios del ring.

EL HIELITO OREO

Le pregunté al guardia del acceso al residencial: “Oiga Don, ese hielito que está comiendo donde lo compro?” y me contestó: “Aquí en la casa de la esquina… exactamente en frente.”.

Una vez estacionado, bajé de mi carro aquella tarde soleada de principios de Marzo. Me abrió un señor la casa grande y bien arreglada. “Tengo de fresa, de uva y de choco chip”. Le dije que me diera uno de fresa y de choco chip. Terminó siendo de galleta Oreo el choco chip. Fueron 12 pesos por ambos… algo así como $1.20 dólares americanos. Una verdadera ganga.

El de fresa para mi cuate que iba en el carro. El de galleta Oreo para el que escribe estas líneas. Que cosa más deliciosa.

Tenía una base como de 3 centímetros de galleta de chocolate y era una mezcla entre un sandwich de nieve con un hielito convencional. Fue el postre perfecto esa tarde.

Pensé en revenderlos… diseñé en mi mente una logística para colocarlos en las esquinas… por un precio justo. Viajando más pensé en las hieleras especiales para conservar los Hielitos Oreos… luego en mi equipo de comisionistas haciendo un éxito urbano los hielitos que yo y tan solo yo había descubierto. Peroque ahora eran de todos.

Luego dejé de imaginar… tan pronto me acababa mi hielito. Pareciera que todo el sueño se hubiera esfumado.

Después caí en cuenta que el Sueño yo mismo lo había construido pero también… me lo había comido.