Y TODO POR UN #$%& TORNILLO...!

Esta mañana parecía sería una mañana normal. Me levantaría temprano, me alistaría y estaría a tiempo en el trabajo... nada que ver. La aventura comenzó a eso de las 6:30 am cuando sonó la alarma de mi celular. Estiré el brazo para apagar el mismo y levantarme cuando, sin darme cuenta, había apachurrado mis lentes. No pasa nada, pensé. Sin embargo me dí cuenta que uno de los lentes se había salido del armazón debido a que un tornillito se había soltado... esas no eran buenas noticias. Pensé en repararlos, no me quedaba de otra. Sin ellos no veo nada. Como repararlos? ocupaba un desarmador miniatura para apretar el tornillito suelto. Ahí estaba el detalle. No tenía desarmador. Algo con qué sustituir al desarmador? ya! una navajita de rasurar. Pero no vayan ustedes a creer que la fabulosa idea fue tomar una de esas navajitas cuadraditas filosas por un lado y sin filo por el otro. Esas son viejitas. Me parece que ya ni hay de esas. No! mi idea fue destruir un rastrillo y agarrar una de las tres navajitas (porque uso rastrillos de tres hojas oseaaa) y poner a la navajita a chambear como desarmadorcito-componedor-de-lentes. Debo mencionar que es un trabajo bastante desesperante ese de estarle dando vueltas con fuerza a una navaja filosa por donde la veas. Claro que le paré cuando la mugre casi me rebana el dedo índice (que esperaba no? parecía trabajo de gallego...). Vaya que apliqué el "golpe avisa". Aborté la misión entonces. Que decidí? irme al trabajo con los lentes puestos usando un solo ojo y el otro ojo cerrado. Si porque usar los lentes y tener los dos ojos abiertos cuando uno solo ve bien es super super molesto. Prefería cerrar uno y abrir el otro. La pensé bien y NO. Cómo iba a manejar casi 40 minutos así? Eso estaba más gallego que querer reparar mis lentes con una navaja de rasurar!!! Mejor iba a Wal-Mart y conseguía el desarmadorcito-componedor, arreglaba mis lentes despanzurrados y listo. Salí de bañarme, me puse la camisa, puse el lente suelto dentro de la bolsa de la camisa, recogí una ropa tirada, saqué mi pantalón de una caja rodante que tengo debajo de la cama, tomé mis zapatos debajo de la cama, etc. Me dirigí a mi carro con dirección a Wal-Mart cuando quise confirmar que el lente estuviera dentro de la bolsa (presentí que algo andaba mal yo creo) y toma paloma! no hay nada. Valiendo Churrumaiz. Primero lo de mis lentes rotos, luego de mi dedo cortado y ahora para rematar no encuentro el lente suelto. Pues que me baaaajo del carro a buscarlo. Digo, en algún lugar deberían de estar y dentro de mi casa. Pues que entro y comienzo a buscar y a eliminar posibilidades. El piso, el bote... aja! debajo de la cama. Uhmm tal vez dentro de la caja donde guardo mis pantalones... si... cuando me agaché... ajá... ahí debía de estar... no, nada... Seguí buscando y pensé que segurito, segurito estaba cerca de los zapatos debajo de la cama también. No pues no encontré nada. Comenzaba a desesperarme... y justo ahí sentado en la cama, con los pies en el piso, casi con las manos en mi cabeza de lo desesperado, frustado, enojado... EUREKA! desde que me puse mis zapatos sentí una ligera incomodidad en uno de ellos... como flash pasó por mi mente la respuesta... el lente estaría dentro de un zapato!!!! y que me lo quito y que... jajajajaja... no manches... estaba dentro del zapato... verticalmente entre mi tobillo y la pared del zapato. Jamás lo iba a encontrar ahí...!!! que manera de terminar esta mañana bastante gallega.... todo por un ´che tornillito.